La palabra es un regalo. Un precioso don derramado en las entrañas de aquellos que aún tratan de apresar la verdad. Es un presente inesperado, inmerecido, a veces desconocido, oculto.

Una de las mayores satisfacciones del maestro es descubrir el poder, los dones, las capacidades que se encuentran dormidas en sus alumnos. Descubrirlas y re-conocer su valor, su potencial, el inmenso poder de lo inmerecido, de lo otorgado, del don.García Márquez pidió en el último congreso del ya anciano idioma español que escribamos, y que escribamos bien... para esos millones y millones de lectores ávidos por encontrar en las palabras algo más que promesas o esperanzas de consumo. Que escribamos bien, que mimemos las palabras, que pongamos en el cajón de los regalos el más preciado, el más frágil, el más etéreo, el don de (enseñar) la palabra.







jueves, 29 de noviembre de 2012

Regala Zaragoza. ¡Viva mi tierra!

Sólo se necesita palabras y música y orden, claridad y... ¿os recuerda  algo sobre los textos...?




explicar, argumentar, convencer...

martes, 6 de noviembre de 2012

Instrucciones, notas y avisos









Mira  las entradas  de Enero 2011: Instrucciones para subir una escalera
                                  Febrero 2011: Ejercicios sobre la prescripción