PROMETÍ QUE IBA A PUBLICAR ESTAS LÍNEAS DEL CORAZÓN DE UNA ALUMNA QUE ESCRIBE O DE UNA ESCRITORA QUE ES ALUMNA.
NO DEJÉIS DE ESCRIBIR LO QUE SENTÍS, VEIS, OLÉIS, ESCUCHÁIS, TOCÁIS...
Hay momentos en la vida, ya sean una etapa de adolescencia o más allá, incluso en una edad infantil en los que no te enteras de lo que pasa a tu alrededor por el mero hecho de que aún estás abriendo los ojos al mundo. Son esos espacios de tiempo, en los que la mayoría de gente decide parar y no seguir adelante, ponerse unas cadenas y agarrarse al suelo esperando que un terremoto venga y les accione, pero no debe ser así. Siempre he pensado que la vida fluye, pero para que fluya de algún modo nosotros, los protagonistas de nuestra historia debemos contribuir a ello. Mirar al frente y lanzarnos al abismo ya sea con los ojos cerrados o abiertos, ya que no debe importarnos lo que suceda porque, como bien sabemos, todo sucede por alguna razón la vida. En ella nosotros somos escritores. Sí, todos lo somos. Debemos escribir nuestra propia historia, página a página y pensar que en el momento que empieces a escribir no hay marcha atrás, no puedes retroceder en el tiempo ya que no se inventó una máquina para ello. Nacimos para morir, es un repetitivo ciclo vital pero...
No nacimos para sufrir, tampoco para ser felices. En realidad
nadie sabe porque estamos en este mundo. Aparte de escritores, en gran parte
somos investigadores de nuestra vida Los que debemos descubrir quiénes somos,
por qué estamos aquí y por qué reaccionamos de diferente manera a una
situación. Todo es cuestión de lógica. Tomar las riendas e incluso a veces
dejarte llevar.
LEYRE ROMERO
“Déjame libre” le dije... No quería seguir siendo prisionera
de sus labios miradas y sonrisas. Sabía perfectamente que vivía en falsas
ilusiones .. Para qué engañarme. El amor es una mentira, la cual cada vez se hace más grande.
Yo era la supuesta princesa y él era... El noble príncipe que
me rescataba de la cruel realidad, llevándome a un mundo en el que solo
habitábamos dos almas él y yo.
Aquello era lo más parecido a un sueño que se podía convertir
en una de mis peores pesadillas. Debía abrir los ojos y comenzar a vivir la
vida misma que me esperaba desde hacía ya un tiempo.
LEYRE ROMERO