Soy Demetrio, el aguacil de la villa. Todos los días salgo a pasear a la misma hora por la misma calle y mis vecinos me paran para consultarme porque como dice el refrán:"Sabe más el diablo por viejo que por diablo".
Si Evaristo me pregunta por sus cosechas, yo siempre le digo:"Año de nieves, año de bienes" o en todo caso que no se preocupe porque " tras la tormenta viene la calma" y si este año es malo, el otro será mejor.
Las mozas salen muy pintadas por las calles de mi pueblo y yo le digo a la Juana: "Aunque la mona se vista de seda, mona se queda." Se enfada mucho, pero cuando "uno quiere, dos no discuten."
Creo que mis vecinos me aprecian porque nunca desvelo sus secretos, ya lo decía mi abuelo:"Un secreto bien guardado, el que nunca se ha contado", pero tampoco olvido que "tan necio es preguntar sabiendo, como responder ignorando" y si algo no conozco, no invento las soluciones.
Hasta la próxima.
Paloma Aznar 1º A
Estábamos preparando la merienda de mi cumpleaños. Había pocas cosas. Alguien dijo: “Pan con pan comida de tontos.” Un amigo comentó que la próxima vez traería él algo por si acaso. Otro le contestó: “Obras son amores y no buenas razones” También cabría este refrán: “Ocasión que pasó, pájaro que voló”
Mario Leyva 1º B
Eran días de fiesta en el reino de Istandar. El bosque estaba precioso con sus colores de otoño. Pero los animales estaban muy alborotados porque se iba a celebrar un concurso para elegir al mejor y todos querían ser los ganadores. Estaban convencidos de que eran los mejores en algo que sólo ellos tenían. Y así se pasaban el día, presumiendo de sus habilidades.
Harto ya de aguantarlos a todos, el viejo búho, que era el más sabio de todos, los reunió en asamblea. Tenían que contar cuáles eran esas habilidades que los hacían tan especiales. Abrió la asamblea la jirafa, que era muy distinguida y espigada.
- Yo, como veis, tengo el cuello más bonito de todos y así puedo comerme las mejores hojas de los árboles. Buen porte y buenos modales, abren puertas principales.
El lobo, odiado por todos por su mal genio, le contestó:
- Estómago hambriento, no admite argumento. Yo sí que soy rápido cazando. No hay conejo que se me resista. Yo debería ganar el premio por ser el mejor cazador.
Pero el guepardo, que era más rápido que él, le contestó:
-Galgo detrás de dos liebres, sin ninguna vuelve. Yo si que soy rápido, no como tú que eres un vago. Gato dormilón, no pilla ratón.
La leona que también pensaba que ella era la mejor cazadora, le dijo al guepardo:
- A mucho viento, poca vela. Mis presas son las más sabrosas y doy de comer a mi familia entera. Además soy muy generosa, pues comparto lo que cazo con mis primas las tigresas.
- A otro perro con ese hueso, le contestó una tigresa. Tú siempre nos das los peores bocados.
- A caballo regalado, no le mires el diente. Deberías ser más agradecida. Pero ahora ya sé lo que tengo que hacer contigo, a santo que no me agrada, ni padrenuestro ni nada. Le contestó la leona.
Una mariposa presumida que estaba esperando su turno les dijo:
- ¿Se fijaron en mis alas? ¿A qué son las más bonitas con sus vivos colores? Solo yo merezco el premio.
Una mosca envidiosa le contestó:
- Belleza sin talento, veleta sin viento. Tú eres una tonta y siempre te están cazando. En cambio yo, mira que bien regateo. Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
Pero la mariposa le contestó a la mosca:
- Cuando uno no quiere, dos no discuten. A palabras necias, oídos sordos.
El elefante habló al fin y les dijo a todos:
- Hasta el fin de la historia, nadie canta victoria. Ya veremos lo que opina el jurado de mi trompa.
Pero un tímido ratoncito le contestó:
- Mundo loco, mundo loco, ¡unos tanto y otros tan poco! Además, no es oro todo lo que reluce, ni harina todo lo que blanquea. Eres muy lento andando. En cambio yo soy superveloz.
El viejo búho que ya estaba cansado de oírlos a todos presumir, les dijo:
- Os vais a llevar una sorpresa en el concurso que espero que os sirva de lección. Gran desengaño, gran lección aunque con daño. Todos tenemos cosas buenas y malas. Lo importante es compartir las buenas con los demás y alegrarnos por ellos. La bondad, quien la tiene, la da. Pensar siempre antes de hablar, palabras bien pensadas y medidas, siempre son bien recibidas. Y recordad: para aprender y tomar consejo, nunca se es demasiado viejo. Mucha suerte a todos en el concurso y ahora vamos a merendar que ¡tripa vacía corazón sin alegría!.
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